Ejercicios piadosos en honor de María
Auxiliadora
Novena de la Confianza (resumida)
Madre mía de mi vida, auxilio de los
cristianos,
la pena que me atormenta, pongo en tus benditas manos. (Ave María)
Tú que sabes mis secretos, pues todos te los confío,
da la paz a los turbados y alivio al corazón mío. (Ave María)
Y aunque tu amor no merezco, nadie recurre a Ti en vano,
pues eres Madre de Dios, y Auxilio de los Cristianos. (Ave María)
A continuación, se reza el “Acordaos”, la oración de San Bernardo:
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado por esa confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
la pena que me atormenta, pongo en tus benditas manos. (Ave María)
Tú que sabes mis secretos, pues todos te los confío,
da la paz a los turbados y alivio al corazón mío. (Ave María)
Y aunque tu amor no merezco, nadie recurre a Ti en vano,
pues eres Madre de Dios, y Auxilio de los Cristianos. (Ave María)
A continuación, se reza el “Acordaos”, la oración de San Bernardo:
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado por esa confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
Oración de San Juan Bosco a María Auxiliadora
Oh María, Virgen poderosa: Tú, la grande e
ilustre defensora de la
Iglesia ; Tú, Auxiliadora admirable de los cristianos; Tú,
terrible como ejército en orden de batalla; Tú, que sola destruyes los errores
del mundo; defiéndenos en nuestras angustias, en nuestras luchas y en nuestras
necesidades; y en la hora de nuestra muerte recíbenos en los gozos eternos.
Amén.
Súplicas para tiempos difíciles
En todas mis dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y al expirar en tus brazos: recíbeme. Amén.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y al expirar en tus brazos: recíbeme. Amén.
Oración pidiendo la protección para el hogar
Santísima Virgen María, que has sido
constituida como Auxiliadora de los Cristianos, te elijo como Señora y Dueña de
esta casa, y te pido que te dignes mostrar en ella tu poderoso auxilio,
preservándola de la peste, del fuego, del agua, del rayo, de los ciclones, de
los terremotos, de los ladrones, de los impíos, de la guerra y de cuantas
calamidades tú conoces. Bendice, protege, defiende y guarda como cosa tuya a
las personas que habitan y que vivirán en ella, presérvalas de todas las
desgracias y accidentes y concédeles sobre todo la importantísima gracia de
evitar el pecado. ¡Oh, María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por cuantos
viven en este hogar, que se te ha consagrado para siempre!
“María Auxiliadora, ruega por nosotros”
Quienes dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del Cielo (San Juan Bosco)
Quienes dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del Cielo (San Juan Bosco)
¡Propaguen la devoción a Jesús Sacramentado y
a María Auxiliadora y verán lo que son los milagros! (San Juan Bosco)
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