ROSARIO DE LAS LÁGRIMAS DE SANGRE DE NUESTRA SEÑORA
Oración Inicial:
¡Jesús Crucificado.! Arrodillados a Vuestros pies, Os ofrecemos las lágrimas de sangre de aquella que Os acompañó en Vuestro camino doloroso de la Cruz, con intenso amor participante.
Haced, oh buen Maestro, que apreciemos las lecciones que nos dan las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima, a fin de que cumplamos Vuestra Santísima Voluntad aquí en la tierra, de tal modo que seamos dignos de Alabaros en el cielo por toda la eternidad.
Amén.
Se medita cada uno de estos dolores y se rezan las oraciones:
PRIMER DOLOR: La Profecía de Simeón en el templo
SEGUNDO DOLOR: La huida a Egipto para proteger al niño Jesús
TERCER DOLOR: Perder al Jesús durante tres días
CUARTO DOLOR: Encontrarse a Jesús cargado con la cruz
QUINTO DOLOR: Acompañar a Jesús en su crucifixión y muerte
SEXTO DOLOR: Recibir a Jesús descendido de la cruz
SÉPTIMO DOLOR: Despedir a Jesús en la sepultura
ORACIÓN
¡Oh Jesús,
mirad las lágrimas de sangre
de aquella que más Os amó en el mundo
y que Os ama más intensamente en el cielo!
7 VECES
¡Oh Jesús, atended nuestras súplicas
en virtud de las lágrimas de sangre de Vuestra Madre Santísima!
ORACIÓN
¡Oh Jesús,
mirad las lágrimas de sangre
de aquella que más Os amó en el mundo
y que Os ama más intensamente en el cielo!
Al final, meditados todos los dolores:
¡Oh María, Madre de amor, de los dolores y de misericordia!,
Os suplicamos: unid Vuestras súplicas a las nuestras a fin de que Jesús, Vuestro Divino Hijo, a quien nos dirigimos en nombre de Vuestras Lágrimas Maternales de Sangre,
atienda nuestras súplicas
y se digne concedernos las gracias por las cuales Os suplicamos la corona de la vida eterna. Amén
Que Vuestras Lágrimas de Sangre,
¡Oh Madre de los dolores!,
destruyan las fuerzas del infierno.
Por Vuestra Mansedumbre Divina,
¡Oh Jesús Crucificado!,
Promesas del Sagrado
Corazón de Jesús
a los que recen
diariamente
el Rosario de las Lágrimas
de Sangre
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Marcos Tadeu, Jacareí, Brasil “En este día, 6 de marzo de 2005, Nuestro Señor Jesucristo hizo 10 Promesas para los que rezaren el Rosario de las Lágrimas de Sangre de Nuestra Señora todos los días. Oigamos las Promesas del Sagrado Corazón:
- No morirán de muerte violenta.
- No conocerán el fuego del infierno.
- No serán flagelados por la miseria.
- No conocerán las llamas del Purgatorio.
- No morirán sin antes recibir el Perdón de Dios.
- Serán confortados por Mi Madre en persona en la agonía.
- Serán trasladados por Ella y colocados al lado de Su Trono de Reina del Cielo.
- Ocuparán el Coro de los Mártires como si hubiesen sido de hecho en
- No se condenarán las almas de sus parientes hasta la cuarta generación.
- En el Paraíso seguirán a Mi Madre por toda parte y tendrán un conocimiento, una felicidad singular, que otros que no habían rezado el Rosario de las Lágrimas de Mi Madre no tendrán.
Promesas de María
Santísima
- Pondré
paz en sus familias.
- Serán iluminados en los Divinos Misterios.
- Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
- Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
- Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos - los instantes de sus vidas.
- Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
- He conseguido de mi Divino Hijo que los que PROPAGUEN ESTA DEVOCIÓN (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna DIRECTAMENTE, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su Eterna consolación y alegría”.
- Serán iluminados en los Divinos Misterios.
- Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
- Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
- Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos - los instantes de sus vidas.
- Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.
- He conseguido de mi Divino Hijo que los que PROPAGUEN ESTA DEVOCIÓN (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna DIRECTAMENTE, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su Eterna consolación y alegría”.
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