Extraído de las revelaciones dadas a
Agustín del Divino Corazón en Colombia
Libro: María, Madre del Buen Consejo
Me quedaba en oración, en silencio y en contemplación tres horas después de recibir el Cuerpo de mi Hijo Jesús, de mi Señor, de mi Dios y de mi Todo; y hoy día, las almas no se soportan ni un minuto más después de la Eucaristía. Salen corriendo hablantinosos y no siguen en actitud de recogimiento.
Un alma de su árbol genealógico saldrá del purgatorio por cada oración o por cada vez que las promulgue y las dé a conocer.
5- ORACIONES PARA DESPUES DE COMULGAR
I Oración:
Amado Jesús mío, habéis descendido a mi corazón para purificarlo. Habéis descendido a mi corazón para liberarlo de toda atadura. Habéis descendido a mi corazón para hacer de él un copón de oro, copón de oro que os contiene. Habéis descendido a mi corazón para inundarlo de vuestra Paz, para adornarlo con vuestra presencia. Habéis descendido a mi corazón para hacer de él vuestra humilde morada, morada siempre abierta, predispuesta y deseosa en recibiros.
Amado Jesús mío, sé que descendiendo a mi corazón bajo las especies del Pan y del Vino vuestro Sacratísimo Corazón se une al mío, vuestros latidos se confundirán sin cesar con los míos. Os amo con infinito amor y con esmerada ternura. Os glorifico y os doy todo el respeto, la adoración que como Dios os merecéis.
Amén.
II Oración:
Jesús amado, haced de mi corazón vuestra humilde cuna de paja, cuna en la que halléis descanso, cuna en la que os caliente con mis humildes pajas de mi pureza, con mis humildes pajas de mi conversión.
Jesús amado descansad en mí. Sentíos bien amado y bienvenido. Añoraba este precioso momento de recibiros; recibiros porque sois mi Amo, mi Señor y mi Rey. Haced de mi corazón vuestro trono; trono en el que reinéis en mi vida; vida que con vuestra presencia es transformada, moldeada.
Jesús amado, mi corazón es embellecido porque habéis descendido y lo habéis adornado con vuestra presencia; presencia que aquieta mi espíritu. Presencia que doma mis ímpetus, domina mis sentidos. Sentidos abiertos para amaros, para adoraros y para recrearme con Vos.
Jesús amado escuchad mis susurros de amor. Escuchad mis te amo. Sentid el palpitar de mi corazón como himnos de adoración, de alabanza y de gloria porque sois mi Señor. Sois el Dios vivo que habéis llegado a mi pobre corazón para habitarlo. Os amo, os adoro, os glorifico y me enternezco ante la calidez de vuestra sutil presencia.
Amén.
III Oración:
Jesús: Cómo no deciros que os amo si habéis llegado a mi corazón a purificarlo. Cómo no deciros que os amo si hacéis de mi corazón un tabernáculo vivo para vuestro Amor. Gracias os doy porque rebosáis mi corazón con vuestro Amor Divino. Amor que me impulsa a adoraros con gran reverencia y respeto porque lo merecéis todo. Cómo no deciros que os amo si me alimentáis con vuestro Cuerpo y vuestra Sangre calando en la profundidad de mi ser; ser que es transverberado por vuestros rayos de luz. Luz que hace que ilumine la profundidad de mi corazón y os descubra, os sienta. Gracias infinitas os doy porque mi corazón en estos momentos en que habéis descendido a él en el Pan consagrado es transformado en un Sagrario; Concededme el don de amaros, aún, más; de adoraros como os adoran los Santos Ángeles en el Cielo, de rendiros la misma gloria como cuando María os glorificaba y os adoraba cuando os llevaba en su vientre virginal.
Sé, mi tierno Jesús, que estáis dentro de mí. Sé, que por misericordia vuestra, me alimentasteis hoy del Majar del Cielo. Manjar que me une más a Vos para sentiros. Manjar que me conlleva a permanecer en Vos y Vos en mí.
Amén.
IV Oración:
Amantísimo Jesús mío: privilegiado soy por el concederme la gracia de unir mi corazón con el Vuestro, bajo las especies Sagradas del Pan y del Vino.
Amantísimo Jesús mío: deseaba unir mi corazón al Vuestro, corazón que palpita de amor cada vez que llegáis a él para embellecerlo; corazón que palpita de amor cada vez que llegáis a él para invadirlo de vuestro celestial perfume, nardo purísimo que hace que suspire de amor por Vos; corazón que es embellecido porque es vuestra Divinidad que se funde con lo humano.
Amantísimo Jesús mío: os adoro a imitación de María. Beso vuestras Santas Llagas, me sumerjo en vuestro Sacratísimo Costado para descansar en Vos.
Amantísimo Jesús mío: tomad mis palabras como bellos himnos; himnos tocados con maestría, himnos cantados melodiosamente porque sois el ruiseñor del Cielo que habéis llegado a mi corazón para alegrarlo con vuestra presencia. Si en mi pobre corazón hay algo que no os agrade purificadlo con una gota de vuestra Preciosísima Sangre. No soy digno en recibiros, pero hacedme digno amantísimo Jesús mío.
Amén.
V Oración:
Jesús mío, mi delirio de amor, gracias os doy por haber llegado a mi corazón a tomar posesión de él como vuestra morada. Necesitaba sentiros en la profundidad de mi corazón; corazón que deseaba ardientemente dejarme poseer; corazón que anhelaba ser abrasado por la llama de vuestro Amor Divino.
Encended en mí deseos de adoraros con la misma reverencia con que os adoraban las almas que ya se encuentran y gozan de vuestra presencia en el Cielo, con el mismo ímpetu, con la misma fuerza y con el mismo amor como os adoraba María, Madre de la adoración y de la reparación. Consumidme, amante mío, en un éxtasis de amor.
Os entrego mis tres potencias: cuerpo, alma y espíritu para que las unáis a vuestra soberana presencia y hagáis de mí un reflejo de vuestra luz aquí en la tierra. Sois la razón por la cual vivo. Sois el desvelo de mis ojos y la fijación de mis pensamientos. Habéis llegado a mi corazón bajo la humilde apariencia de la Hostia Consagrada. Hostia Consagrada que da pureza a mi corazón, brillo a mi alma y agilidad a mi espíritu; espíritu que ha de volar hacia el Cielo para unirse por eternidad de eternidades con todos los demás seres angelicales que desde allá os alaban, os adoran, os glorifican porque sois el Dueño y Señor del Cielo y de la tierra.
Mi corazón os pertenece, mi Jesús amado. Os arropo con mi mirada, os arrullo con mis latidos y os balbuceo con infinidad de te amo, porque sois mi deleite, sois mi Creador, sois el amor por el cual vivo. Amén.
Promesas a las Oraciones paradespués de la Comunión:
Jesús dice:
Julio 6/2009
1. A toda alma que se proponga orar diariamente estas oraciones, después de comulgar: despertaré en ella hambre y sed de mi Cuerpo y de mi Sangre, Pan del Cielo que os dará vida eterna.
2. La sumergiré en uno de los Aposentos de mi Sagrado Corazón y le haré sentir cada latido como una pulsación de amor que la impulse a amarme, a adorarme y a glorificarme, llevando una vida de santidad.
3. No morirá sin la recepción de los Sacramentos de la curación del alma.
4. El alma que, después de haber recibido el Pan del Cielo, medite en estas oraciones: crecerá en alto grado de virtud de tal modo que hará de su corazón una morada digna para albergar mi pureza infinita.
5. Le concederé la gracia de sentir horror y repugnancia por el pecado.
6. Exaltaré al alma a imitar las virtudes de María Santísima.
7. Todo aquel que acoja estas oraciones y las propague, será abrasado por la llama de mi Amor Divino, será sustraído de las cosas del mundo y añorará ardientemente una de las moradas del Cielo. Morada que le será concedida, si en vida imitó mis Santas Virtudes.
Promesas para los que oren y divulguen las cinco oraciones después de comulgar
María Santísima dice:
Junio 20/2009
Un alma que medite después de la comunión y haga suyas estas oraciones, después de recibir el Cuerpo de mi Hijo Jesús y de mi Dios: recibirá perfección, santidad y se ganará un puesto destacado en el Cielo. Recibirá un matiz de Dios en vida que la haga distinta, que la haga diferente. Son oraciones que debéis darlas a conocer. Los tibios se enfervorizarán, los fervorosos querrán orar y vivir en mayor santidad, los fríos se zambullirán en el fuego de la llama de mi Amor Santo y empezarán a crecer en gracia y en virtud.
Las almas que propaguen las cinco oraciones después de comulgar:
1. Serán asistidas, protegidas, amparadas bajo los pliegues de mi Sagrado Manto. Les resguardaré en uno de los Aposentos de mi Inmaculado Corazón.
2. Crecerá en virtud, en santidad; embelleceré su corazón con las mismas virtudes que me adornaron como cuando estuve acá en la tierra.
3. Jesús le hará sentir toques de Amor Divino en su corazón cuando Él descienda bajo las especies del Pan y del Vino.
4. No morirá jamás sin los Sacramentos, especialmente el de la Eucaristía, la confesión y la unción de los enfermos.
5. Un alma de su árbol genealógico saldrá del purgatorio por cada oración o por cada vez que las promulgue y las dé a conocer.
Es un gran tesoro que he puesto en vuestras manos. Oradlas, hijos míos, después de comulgar. Me quedaba en oración, en silencio y en contemplación tres horas después de recibir el Cuerpo de mi Hijo Jesús, de mi eñor, de mi Dios y de mi Todo; y hoy día, las almas no se soportan ni un minuto más después de la Eucaristía. Salen corriendo hablantinosos y no siguen en actitud de recogimiento.
Hijos amados: la Sagrada Comunión es un gran regalo caído del Cielo que debéis de recibir con vuestro corazón puro, es decir, en estado de gracia porque son dos Ángeles a vuestro lado: uno al lado izquierdo, otro en el lado derecho con antorchas de luz encendidas porque vuestro corazón se ha convertido en un Sagrario del Amor Divino.
Aprovechad estas gracias.
Hijos míos: el alma víctima que ore estas oraciones después de comulgar recibirá gracias especiales, dones sobrenaturales. Será avisada, días antes, de su muerte; se le concederá la fuerza para esperar ese gran momento en paz. A muchas almas víctimas que oren diariamente estas oraciones, se les revelará la fecha de su muerte. Vosotros no desperdiciéis estas gracias. Aprovechadlas. A tiempos difíciles, gracias extraordinarias.
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