Peregrina de Amor Divino,
Rosa blanca de pureza sin igual,
Esplendor del Cielo,
De la Mano
del Padre recibiste la belleza,
Esa que la Trinidad
guarda cual Vaso Sagrado.
¡Madre de toda la Creación, te posas de ser en ser, de alma en
alma,
Cual mariposa que poliniza corazones endurecidos que no encuentran el
don del Amor!
Como estrella fugaz cruzas el firmamento,
Llamando así a Tus hijos a que Te miren,
Alondra dorada por el sol mañanero,
Dejas Tu estela de Amor Purísimo
En aquellos que llamándote Madre,
Abren su corazón para albergarte.
De la
Trinidad Sacrosanta eres orgullo,
Concebida sin mancha,
Acoges en Tu Regazo a todas las criaturas,
Circundando las alturas, remontando vuelos,
En medio de los astros refulges sin igual.
Madre Inmaculada, Madre de toda la Creación,
Sé Tú la portadora de nuestra fidelidad al Padre que nos creó,
A Tu Hijo que nos redimió y al Espíritu Santo de quien eres Sagrario.
Amén.
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