

El Señor resucitó, ¡Aleluya!
Muerte y tumba él venció; ¡Aleluya!
Con su fuerza y su virtud ¡Aleluya!
Cautivó a la esclavitud. ¡Aleluya!
Jesucristo se humilló, ¡Aleluya!
Vencedor se levantó ¡Aleluya!
Cante hoy la cristiandad ¡Aleluya!
Su gloriosa majestad. ¡Aleluya!
Cristo que la cruz sufrió ¡Aleluya!
Y en desolación se vio, ¡Aleluya!
Hoy en gloria celestial ¡Aleluya!
Reina vivo e inmortal ¡Aleluya!
Hoy al lado está de Dios, ¡Aleluya!
Donde escucha nuestra voz; ¡Aleluya!
Por nosotros rogará ¡Aleluya!
Con su amor nos salvará ¡Aleluya!
Hoy el Señor resucitó
y de la muerte nos libró.
ALEGRIA Y PAZ, HERMANOS,
QUE EL SEÑOR RESUCITO.
El pueblo en El vida encontró;
la esclavitud ya terminó.
La luz de Dios en Él brilló,
de nueva vida nos llenó.
Todos cantad: ¡Aleluya!
Todos gritad: ¡Aleluya!
4. RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO
- ¿Renunciáis a Satanás y a todas sus obras y seducciones?
Sí, renuncio.
- ¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?
Sí creo.
- ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos, y está sentado a la derecha del Padre?
Sí, creo.
- ¿Creéis en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que hoy os será comunicado de un modo singular por el sacramento de la Confirmación, como fue dado a los Apóstoles el día de Pentecostés?
Sí, creo.
- ¿Creéis en la santa Iglesia católica, en la comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?
Sí, creo.
Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén. (Si, en el penitencial no se ha realizado el asperges, es ahora un momento adecuado para –simbólicamente- bajar por toda la asamblea y rememorar el Bautismo que nos sumerge en la misma suerte de Jesucristo: morir para resucitar)
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