El Ave María De Oro
Ave María, blanco lirio de la gloriosa y siempre-serena Trinidad.
Salve brillante Rosa del jardín de los deleites celestiales: ¡O Vos, de quien Dios quiso nacer en este mundo, y de cuya leche el Rey del Cielo quiso ser nutrido! ¡Alimentad nuestras almas con las efusiones de la Gracia Divina. Amén!
"A las almas que en vida me hayan saludado con esta oración, me apareceré con gran resplandor en la hora de la muerte. Además, cuando el alma se separe del cuerpo, me manifestaré con hermosura tan espléndida, que el alma sentirá un gran consuelo. En ese instante, experimentará algo semejante a las delicias del Paraíso."
Palabras de la Santísima Virgen María a Santa Gertrudis La Mayor.
(De las Revelaciones, Tomo III, Capítulo XVIII)
La Virgen prometió a Santa Matilde y a otros santos que quien rezara diariamente tres avemarías, tendría su auxilio durante la vida y su especial asistencia a la hora de la muerte, presentándose a esa persona en su hora final con el brillo de una belleza tal que el solo verla lo consolaría y le comunicaría las alegrías del cielo.
“Maria Madre Mía; Líbrame De Caer En Pecado Mortal”
Por El Poder Que Te Concedió El Padre Eterno.
1.-) ¡AVEMARIA! …
Por La Sabiduría Que Te Concedió El Hijo.
2.-) ¡AVEMARIA! …
Por El Amor Que Te Concedió El Espíritu Santo.
3.-) ¡AVEMARIA! …
Finalizamos con un ¡GLORIA PATRI… (Gloria Al Padre Y Al Hijo Y Al Espíritu Santo Como Era En Un Principio Ahora Y Siempre Por Los Siglos De Los Siglos Amen.)
La siguiente Jaculatoria fue indulgenciada por San Pío X, y la recomendó rezar junto con esta devoción:
¡Oh María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma!
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