


Deprecaciones.
1. Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida, acordaos de mi, miserable pecador.
(Se reza el Avemaría)
2. Acueducto de las divinas gracias, concédeme abundancia de lágrimas, para llorar mis pecados. (Se reza el Avemaría)
3. Reina de los cielos y tierra, sed mi amparo y defensa de las tentaciones de mis enemigos.
(Se reza el Avemaría)
4. Inmaculada hija de Joaquín y Ana, alcanzadme de vuestro Santísimo Hijo las gracias que necesito para mi salvación.
(Se reza el Avemaría)
5. Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte y abridme las puertas del cielo.
(Se reza el Avemaría)
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo; como era el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Oración final: ¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco del todo a ti; y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad, gúardame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Madre, aquí tienes a tu hijo. Madre, aquí tienes a tu hijo. Madre, aquí tienes a tu hijo. En ti, Madre mía dulcísima, he puesto toda mi confianza y nunca jamás seré confundido. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
Oh dulce Corazón de María, sé mi salvación.
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