

Protégenos, Madre del cielo, llévanos a la Gloria, Dulce Señora.
¡OH Madre de Dios! Te ofrezco mi corazón, para que lo limpies con tu manto celestial.
Reina del cielo, consuelo del mortal, llévame Madre de la mano.
Ad que limpie mí vestido, para asistir al banquete del Cordero De Dios.
Madre querida, fragante resplandor del nuevo día, llévame de la mano a las bodas de Tu Hijo Amado.
Mercedes Ramos
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